MARIA LIONZA (YARA)

Cada uno de los caminos del estado Yaracuy llevan a Sorte la montaña divina, mágica, donde la reina YARA y donde, en una milagrosa corte de trabajadores, ella signándolo todo con su belleza, su poder y su riqueza, es la máxima deidad indígena venezolana a la que debemos amor y fe, creencias y fidelidades que entregamos a cambio de protección para la fortuna, el amor y la vida. 


En los poderosos amigos de la reina que viven bajo la tierra, debajo de las grandes rocas negras que vamos consiguiendo cuando vamos, por vía terrestre, a Yaritagua, después de Sabana de Parra. Su culto es una religión popular y se practica con mucha fe en pueblos y ciudades, barrios y caseríos de Venezuela donde, en todo sitio, hay fieles vasallos de la reina que lo esperan todo de ella, a cambio de fidelidad y amor. 

María Lionza tiene toda una corte indígena que está atenta a sus deseos para realizarlos sin demora, siendo una de sus órdenes la posesión de los médium por parte de los espíritus que, dependiendo de su jerarquía, son invocados. Los espíritus aconsejan a los creyentes, curan sus enfermedades y realizan los múltiples trabajos o actividades que son necesarios para el imperio de la felicidad y del amor por los que han venido, a veces desde muy lejos, para entenderse con la reina o con cualquiera de las tres potencias. 

Las tres potencias son la máxima representación del culto y unen a tres personas, dos de ellos personajes históricos y de carne y hueso y un tercero que es la misma reina o diosa María Lionza. Las tres potencias son María Lionza, Guaicaipuro y Pedro Camejo, el Negro Primero. 

Guaicaipuro fue el líder esencial de la resistencia armada al español invasor cuya lucha demoró por muchos años la conquista del valle de Caracas. El Negro Primero o Pedro Camejo, ordenanza de Páez, quien muere en la batalla de Carabobo y una de las personalidades más definidas en el proceso emancipador venezolano pese a su origen muy humilde. 


Los dos, en la dura contienda emancipadora, representan los estratos sociales más bajos del esquema social venezolano porque uno fue indio, principal de las más notorias tribus de Venezuela, y el otro hijo de esclavos marginado del proceso de educación y de bienestar. Camejo rompe con la esclavitud siendo soldado de la patria pero su color, inevitable tabla de medida de aquella casquivana sociedad española en la que vivíamos, le impedía cualquier desarrollo. 

Las tres potencias son, en todo aspecto, un escudo múltiple de defensa y de esperanza que siempre están en capacidad de ayudarnos y de prestarnos su apoyo en los trances más dificultosos. Triple semblanza de poderes muy grandes que, nivelados por la fuerza de María Lionza son la base de muchas oraciones, creencias y actitudes de gente que siente la presencia del amor y de la suerte impulsadas por las potencias del estado Yaracuy.